¡Oh 2016! Cuanto me diste.
Ya casi se termina este increíble año de aprendizaje, de nuevos comienzos, de metas alcanzadas, de luchas internas en mi mente, de derribar estructuras y patrones en mi vida, de risas, lagrimas, incertidumbres y aciertos, de preguntas y respuestas, un año de aventuras y momentos que me marcaron para siempre (en buen plan),pero lo más importante, un año de encontrar mi lugar en Jesús y empezar a saber quién soy.
Vi el 2016 como un año de preparación y claridad para lo que viene en el 2017. Fue un año trascendental en mi vida.
Pude iniciar este hermoso proyecto del blog, el cual me ha traído tantas preguntas, desafíos y la actitud de mejorarme cada día ya que para hablarles a ustedes debo hacerlo desde la posición de experiencia y no de información, porque no tendría sentido mostrar algo que no soy.
Una de las cosas que cambio mucho mi perspectiva de la vida, y de quien soy este año fue el enfatizar mucho mas la cultura de GRATITUD como estilo de vida.
Poder dar gracias por encima de la confusión, el dolor, la derrota, la incertidumbre al futuro, en las victorias, a las personas por las lecciones aprendidas, pedir perdón y perdonar, amar, creer, fueron cosas que reestructuraron mi mente y por ende mi vida.
A veces nos enfocamos tanto en lo que no tenemos o en lo que creemos perdimos que nos olvidamos de disfrutar todo lo que ya hemos obtenido.
Definitivamente solo puedo decir GRACIAS, a Dios, la vida, las personas que me rodean y aún aquellas que ya no están o están lejos de mí, porque cada experiencia este 2016, me convirtió en la mujer que soy hoy.
GRACIAS 2016, por todo lo que me diste y lo que me quitaste. GRACIAS porque me preparaste a veces a duras penas, para lo que viene en esta nueva temporada.
¡Nos vamos con todo! ¡Felices Fiestas!
Lola.
PS: Y a ti, ¿Qué te enseñó y regaló el 2016?
